Historia de un gato. El vínculo con los animales desde la infancia.

Laura Agustí creció, desde los siete años en adelante,  junto a su hermana, su madre y sus abuelos en las afueras de un pueblito de Teruel llamado Valdealgorfa. 

En una de las primeras páginas de su libro, hay un párrafo que dice “[...] en la casa de mis abuelos, antigua, con muros de piedra gruesos y vigas de madera oscura, donde el crepitar del fuego y los crujidos de los suelos al caminar eran sonidos constantes”. Creo que es un fiel reflejo de lo que evoca una casa de pueblo, rodeada de naturaleza y tranquilidad a partes iguales.

En “Historia de un gato” se pueden encontrar dos partes bastante diferenciadas.

En primer lugar Laura cuenta cómo fue su infancia en el pueblo y cómo brotó el amor por los animales de manera innata, acostumbrada al día a día rodeada de conejos, erizos, tortugas, perros y gatos, a veces callejeros, a veces domésticos, como Lobito, un pastor de chira (perro de origen altoaragonés cuyo nombre de origen fabla significa “perro que gira al rebaño”). En ese caso Lobito al rebaño que cuidaba era a Laura y su hermana Marina.

Laura es una amante empedernida de los gatos, elegantes y en alerta constante, capaces de despertar respeto y a la vez un amor inexplicable. Las “locas de los gatos” vivimos imantadas a sus ronroneos, como la típica viñeta en la que el protagonista se eleva en el aire por el olor de un bizcocho recién sacado del horno.

En la segunda parte de la “Historia”, encontramos toda una enciclopedia dedicada a su animal favorito: consejos, curiosidades y la que más nos toca el corazoncito: Oye, un gatito siamés con unos ojos azules hipnóticos en los que podrían encontrarse constelaciones enteras, que nació a tiempo para acompañar a Laura desde que se asentó en Barcelona, la ciudad en la que vive actualmente.

La convivencia con un animal en casa está cargada de experiencias, anécdotas, y sobretodo mucho mucho amor. 

No puedo desvelar más del libro porque quiero que lo leas. Si te gusta la temática no te va a defraudar. Y si te da pereza leer, que no lo creo si has llegado hasta aquí, te invito a que te acerques a una librería y lo busques de todos modos, lo abras por una página al azar y verás como sin darte cuenta estás de repente en tu sofá con el libro en tus manos, viendo la maravilla de ilustraciones que dibuja Laura, porque no vas a poder resistirte a llevarlo contigo y guardarlo como un auténtico tesoro.

Marta .