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Silván. Una leyenda de la aldea de Tella.

Generación tras generación, en las pequeñas aldeas montañosas del corazón del Sobrarbe, se ha transmitido de boca en boca (con algunos cambios según su narrador) el mito de Silván de la Peña.

“Se dice que en Tella nació el hambre. Solo faltaba un incansable ladrón que robase lo poco que echarse a la boca para acabar con la paciencia del pueblo.”

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, los habitantes de la zona de Tella vivían con miedo a un ser inmundo que habitaba el monte: el gigante Silván.

Y que, un día, salió de su oscura caverna y raptó a Marieta, una alegre pastorcilla que ejercía su trabajo bajo las enseñanzas de su padre, pero que ese día, andaba sola por las bordas de Faixanillas.

Marieta, que además de bella y risueña era muy astuta, consiguió zafarse de Silván en un despiste, posando su delantal de pastora sobre el gigante mientras dormía, a modo de engaño.

Y el pueblo, a sabiendas de que Silván volvería a por Marieta, le tendió una trampa para acabar con el terror de las montañas.

Y así, Marieta y el resto de la aldea, pudieron continuar en paz su vida… ¿o no?

Más allá del final de la historia, y sin saber hasta qué punto la leyenda confunde realidad y ficción, existe en la pared del Congosto de las Devotas (paso natural entre Lafortunada y los valles de Bielsa y Chistau) la cueva de Silván, a la cual se acudió en expedición con la esperanza de encontrar algún tesoro.

En un pared aparecen unas estacas de boj clavadas a modo de escaleras para poder acceder, aunque nunca sabremos si fue el propio Silván o algún otro curioso el que allí las posó.

Leyenda e información verídica, se mezclan en esta historia adaptada e ilustrada por Saúl Irigaray en este cuento que nos lleva a conocer zonas e historia de nuestra tierra con la sabiduría y el cariño que solo alguien que escuchó mitos generacionalmente lo puede hacer.